jueves, 22 de septiembre de 2011

ingratitud

de tu capacidad infinita de ignorarme crecerán peces de jardín, revivirán los malos de las películas de cuando ocho, lloverán sandías.

domingo, 14 de agosto de 2011

volver

te llamo mirando el sol pidiéndole que me amanse, que me sane el temple, que me ordene el pelo y deshaga las cascaritas de los dedos. espero sigilosa el pasar del tono siempre regular, uniforme como los pasos de elefante que nunca va a dejar de caminar.

corta tu voz la pausa entre tuuuuuut y el inminente siguiente. tus palabras haciendo cosquillas, como si el tiempo empezara ahora, sabiendo la bondad de ese cielo, cuidando la calma de la tarde.
dibujás ahí una historia en el aire, recortás una, dos, cien mil tres palabras, jugando a armar bonitas frases. pasan las horas: el mate, la parra, los amantes, la cocina, la revolución y los cajones. inaugurás todas las mayúsculas sin dudar de la mudez de cualquier gesto, cualquier frase, cualquier mueca o suspiro.

apretás el botón rojo, masticás el teléfono.
decís que buenas tardes mi bien.

Tut, tut, tut, tut...



viernes, 29 de abril de 2011

volvida

tengo los dedos rotos, la cabeza partida.
me quedo con las dudas narcóticas, con las siete preguntas.
me traigo la certeza de la voltailidad de la firmeza.

dolimos, pero conejo duerme otra vez en casa.-

martes, 5 de abril de 2011

la (des)espera

otra vez atacan, aquí los intercesores, los nudos que parecían haberse volado.
otra vez el tiempo siniestro del otra vez. y nosotras siempre, creyéndonos tan nuevas...
elegí los cuentos para leerte, esperé el minuto para tentarte, para que me hagas hueco y para, sobre todo, que me dejaras entrar.
seleccioné de todos mis sentires los más enteros, con tal de descubrirte siempre nuevo.

y entonces encontré el miedo a volar lejos, a llegar otra vez sola al cielo.
es que siempre lo peor fue bajar, fue volver reconociendo el tiempo podrido acumulado en el pelo, la indiferencia, el frio con hasta luego.

y porqué siempre con los cien volando, pienso. porqué otra vez el recuerdo de tu vuelo ligero, de la caída mansa, del llanto bajito.
cuándo nos hicieron tan rompibles, cuándo te ganó el ayuno de los buenos días, la distancia cobarde.

cuándo aprenderá irulana a ser menos ciega, a llenarse las manos de excusas, a vivir a tientas.

yo lo que más lamento es que, lo único que supimos escribir, fueron las historias tristes.

viernes, 14 de enero de 2011

jueves, 6 de enero de 2011

ese bollito / plan de evacuación

Acá lluvia. Los últimos días no hicieron más que reiterar lo efímero del verano. Y entonces no hay más que releer las instrucciones, el método caprichoso para ordenadamente, evacuar la angustia.
I)
Entonces, primero rastrearla escondida entre todo este zafarrancho. Hábil y cuidadosa se mezcla con el resto de los pobladores de la tierra sentida. Y a veces como si una pena pasajera. Otras como acostumbramiento medio mudo. Pero yo ya sé, que cuando ahí veo ese bollito amargo que no sabe de origenes, o más bien los esconde, los magulla; que ahí cuando parece que todo vale todo, ahí anda la angustia furiosa. Se le oyen los respiros cerca. Ahí, esa ha de ser.
II)
Y entonces tomarla con delicadeza, con días de cautela y premeditación. Y cazarla en el viento y empezar a desarmarla, desactivar su pesadez. Amanecerla todas las veces posible, buscarles los agujeros y sacar las palabras que apresa.
III)
Y hallar tu nombre, el miedo, el descuido, el invierno y su frío. Lo ido y lo vuelto. Los puentes que voy tejiendo, todos enredados. Medios podridos.
IV)
Una a una evacuar todas las palabras, que medio muertas van saliendo de la asfixia. Y verlas ahí, tendidas en el pastito dando pena. Dando pena yo.
Para entonces, lo peor ya habría de haber pasado.